Viajar en avión es una manera eficiente de cubrir largas distancias en poco tiempo, pero también puede presentar varios desafíos para nuestra salud y bienestar.
Para asegurar un viaje seguro y cómodo, es fundamental tomar medidas preventivas y estar atento a las necesidades de nuestro cuerpo.
Es cierto que viajar en avión puede estar asociado con diversas molestias y problemas de salud, especialmente en vuelos largos o cuando se viaja en clase económica, donde el espacio es más reducido.
Aquí te menciono algunas de las molestias más comunes y sugerencias para aliviarlas:
¿Sabe qué hacer después de viajar en avión?
1. Problemas Circulatorios y Trombosis Venosa Profunda (TVP):
La falta de movimiento durante vuelos largos puede aumentar el riesgo de coágulos sanguíneos. Es crucial mantener la circulación sanguínea activa. Además de las recomendaciones anteriores, puedes realizar ejercicios de tobillo, elevando los talones y las puntas de los pies mientras estás sentado.
2. Deshidratación:
El aire de la cabina es extremadamente seco y puede conducir a la deshidratación. Lleva tu propia botella de agua para asegurarte de tener suficiente líquido durante el vuelo. También puedes hidratar tu piel con una crema hidratante y usar un spray de agua termal para refrescar tu rostro.
3. Jet Lag:
El jet lag es un trastorno temporal que ocurre cuando el reloj biológico interno de una persona no está sincronizado con la hora local del lugar al que ha viajado. Esto generalmente sucede después de viajes aéreos que cruzan varias zonas horarias.
El cuerpo humano tiene un ritmo circadiano que regula el ciclo de sueño y vigilia, y cuando viajamos rápidamente a través de zonas horarias, nuestro cuerpo necesita tiempo para ajustarse a la nueva hora local.
Antes de viajar, trata de ajustar gradualmente tu horario de sueño para acercarlo al horario de tu destino.
4. Presión en los Oídos:
La presión en los oídos se debe a los cambios en la altitud y puede ser bastante dolorosa. Chupar caramelos o llevar un vaso de agua para tragar con regularidad durante el ascenso y el descenso también puede ayudar.
5. Molestias Musculares y Rigidez:
Estar en una posición durante un período prolongado puede causar molestias y rigidez. Utiliza almohadas de viaje para brindar soporte adicional y asegúrate de ajustar tu asiento para estar lo más cómodo posible.
6. Problemas Gastrointestinales:
Los cambios en la presión y la altitud pueden afectar tu sistema digestivo. Evita alimentos que sabes que pueden causarte problemas y opta por opciones más ligeras.
7. Sequedad en la Piel y los Ojos:
Además de las cremas hidratantes y las lágrimas artificiales, asegúrate de quitarte el maquillaje antes de dormir en vuelos largos para permitir que tu piel respire.
8. Estrés y Ansiedad:
El vuelo en sí mismo puede ser estresante, especialmente si tienes miedo a volar. Escuchar música relajante, ver una película o leer un libro puede ayudarte a distraerte. Además, considera llevar objetos que te hagan sentir más cómodo, como una manta o una almohada de viaje.
Al prestar atención a estos aspectos y prepararnos adecuadamente, podemos hacer de nuestros viajes en avión experiencias mucho más agradables y saludables, permitiéndonos llegar a nuestro destino con energía y listos para disfrutar de nuestras actividades planeadas.
La prevención y el autocuidado son clave para asegurar que nuestros viajes aéreos sean tan placenteros y libres de estrés como sea posible.