La palabra ansieade viene del griego anshein, que significa «estrangular, sofocar, oprimir» Si tiene este significado, ¿cómo puede ser bueno para nosotros mantener este comportamiento?
La ansiedad es un reflejo del estrés que nos provocan ciertas situaciones de nuestro entorno y también una consecuencia de miedos y preocupaciones sobre el futuro, alimentados por nuestra imaginación. A menudo, las personas ansiosas son así porque no pueden controlar sus pensamientos y no saben cómo enfrentarse a la adversidad.
Los síntomas de ansiedad pueden variar de una persona a otra y pueden manifestarse de diversas formas, tanto a nivel físico como emocional.
Los síntomas de ansiedad
Algunos de los síntomas más comunes de la ansiedad incluyen:
- Preocupación excesiva o pensamientos recurrentes sobre situaciones futuras: Las personas con ansiedad a menudo experimentan preocupación intensa sobre eventos futuros, incluso aquellos que pueden ser rutinarios o poco probables. Estos pensamientos pueden ser difíciles de controlar y pueden interferir significativamente en la vida diaria.
- Sensación de nerviosismo, inquietud o tensión constante: La ansiedad puede manifestarse como una sensación persistente de nerviosismo o inquietud, incluso cuando no hay una amenaza inminente. Esta tensión constante puede causar malestar físico y emocional.
- Aumento del ritmo cardíaco (palpitaciones): Uno de los síntomas físicos más comunes de la ansiedad son las palpitaciones, que se caracterizan por un latido cardíaco acelerado o irregular. Esto puede ser percibido como una sensación de que el corazón late muy rápido o con fuerza.
- Respiración rápida o dificultad para respirar (hiperventilación): La ansiedad puede provocar una respiración rápida y superficial, lo que a menudo se conoce como hiperventilación. Esto puede causar sensaciones de falta de aire, opresión en el pecho y mareos.
- Sensación de opresión en el pecho: Muchas personas experimentan una sensación de opresión o apretamiento en el pecho cuando están ansiosas. Esto puede ser angustiante y a menudo se describe como una sensación de «ahogo» o dificultad para respirar.
- Mareos o vértigo: La ansiedad puede causar mareos o vértigo, lo que puede provocar sensaciones de desequilibrio, inestabilidad o la percepción de que el entorno está girando.
- Temblores o sacudidas musculares: Las personas con ansiedad a menudo experimentan temblores o sacudidas musculares, especialmente en las manos o las extremidades. Estos temblores pueden ser sutiles o más pronunciados y pueden empeorar en situaciones de estrés.
- Problemas gastrointestinales, como náuseas, vómitos o diarrea: La ansiedad puede afectar el sistema digestivo y causar síntomas como náuseas, vómitos, dolor abdominal o diarrea. Estos síntomas pueden ser especialmente comunes antes o durante situaciones estresantes.
- Dificultad para concentrarse o sensación de tener la mente en blanco: La ansiedad puede interferir con la concentración y la capacidad para pensar con claridad. Las personas pueden experimentar dificultad para concentrarse en tareas específicas o pueden sentir que su mente está en blanco debido a la preocupación constante.
- Irritabilidad o cambios de humor repentinos: La ansiedad puede provocar irritabilidad, cambios de humor repentinos o una disminución de la tolerancia al estrés. Las personas pueden sentirse más sensibles o reaccionar de manera exagerada ante situaciones cotidianas.
- Tensión muscular o dolores musculares: La ansiedad puede causar tensión muscular, lo que puede provocar dolores musculares o sensación de rigidez en diferentes partes del cuerpo. Esto puede contribuir a la sensación general de malestar físico.
- Fatiga constante o sensación de debilidad: La ansiedad prolongada puede agotar física y emocionalmente a una persona, lo que puede provocar fatiga constante, sensación de debilidad o falta de energía.
- Problemas para conciliar el sueño o mantenerlo: La ansiedad puede interferir con el sueño, causando dificultades para conciliar el sueño, despertares frecuentes durante la noche o un sueño no reparador. Esto puede contribuir a la fatiga y al malestar durante el día.
- Sudoración excesiva: La ansiedad puede desencadenar respuestas físicas como sudoración excesiva, especialmente en las palmas de las manos, las axilas o la frente. Esto puede ser incómodo y contribuir a los sentimientos de nerviosismo.
- Sensación de «entumecimiento» o hormigueo en las extremidades: Algunas personas con ansiedad pueden experimentar sensaciones de entumecimiento o hormigueo en las extremidades, como las manos o los pies. Esto puede ser causado por la hiperventilación o la tensión muscular asociada con la ansiedad.
Es importante recordar que estos síntomas pueden variar en intensidad y presentarse de manera diferente en cada persona. Además, no todas las personas con ansiedad experimentarán todos estos síntomas, y algunos pueden experimentar síntomas adicionales que no se enumeran aquí.
Si experimentas síntomas de ansiedad que interfieren con tu vida diaria, es importante buscar ayuda de un profesional de la salud mental para obtener apoyo y tratamiento adecuados.
Una sesión de meditación puede reducir los problemas de ansiedad
Y aquí es donde entra en juego la meditación: trabaja precisamente en el control de estas emociones y pensamientos. Al concentrarse en su respiración y en los mantras, el practicante elimina el pensamiento de obsesión con el problema y es capaz de verlo de forma más racional.
Esto ayuda a reducir las consecuencias negativas del estrés psicológico en el cuerpo y la mente.
A diferencia de los efectos secundarios de algunos medicamentos, la meditación también aportará otros beneficios que ya han sido comprobados por la ciencia: reducción de la sensación de dolor, mayor producción de sustancias importantes para el ser humano, más autocontrol, concentración, entre muchos otros.
Los programas de meditación de atención plena, que se centran en la respiración y en la percepción de los pensamientos, son cada vez más populares y tienen muchos beneficios para la mente y la salud.
También conocida como meditación de atención plena, es un tipo de meditación que tiene como objetivo centrar la mente en el momento presente, lejos de pensamientos del pasado o del futuro.
Según un estudio publicado por la Universidad Tecnológica de Michigan (EE.UU.), las personas con trastorno de ansiedad – una de las enfermedades mentales más comunes en la sociedad occidental – reducen sus niveles de estrés tras una sola sesión.
El mundo globalizado y la sociedad moderna – consumista, acelerada y estresante- cambian el ritmo de nuestras vidas y tienen graves consecuencias para nuestra salud emocional.
Ralentizar nuestros pensamientos y aprender a gestionar nuestra mente son tareas fundamentales