Un viaje en avión es el comienzo de unos días de descanso, aventura u ocio, pero también conlleva muchas dudas sobre los objetos que podemos llevar con nosotros, así como los imprescindibles que debemos transportar en el equipaje de mano.
Los imprescindibles que no debemos olvidar, las dimensiones y el peso en función de la compañía aérea con la que viajemos, así como los artículos prohibidos en el equipaje de mano son algunas de las principales cuestiones a analizar antes de preparar el viaje.
Proteger los perfumes
Lo más práctico es, sin duda, llevar tu perfume lowcost en un frasco de perfume reutilizable, que puedes comprar en las perfumerías.
Todo lo que tienes que hacer es transferir el líquido del frasco original al reutilizable.
Otra forma es comprar una versión de viaje de tu perfume y meterla en el bolso.
Puedes comprar estos perfumes por Internet.
Pero no descartes la antigua forma de proteger los perfumes: envuélvelos en un calcetín y mételos dentro de tus zapatillas para que no se muevan.
Esto también vale para cualquier otro producto cuyo frasco sea de cristal.
Para evitar retrasos o que tengas que vaciar la maleta y despedirte de algunos productos, mete todos los que vayas a llevarte dentro de una bolsa transparente.
En el equipaje de mano
Según el aeropuerto de Oporto, cada pasajero sólo puede llevar un máximo de 100 ml de envase en una sola bolsa transparente de 20 cm por 20 cm.
Si no tiene una de esas bolsas, compre una bolsa transparente de ese tamaño.
Cómo llevar un perfume en el equipaje de mano
Solución 1 – Trasvasar el perfume
La solución más sencilla para llevar nuestro perfume favorito en un avión es decantarlo.
Si el frasco original de esencia se puede abrir fácilmente, basta con conseguir un frasco de 100 ml y llevar en él la cantidad de perfume permitida.
Los frascos con dosificador suelen encontrarse en los estuches de viaje. Además, existen en el mercado portaperfumes que cumplen los límites legales.
Esto debe hacerse rápidamente para que la esencia no pierda sus componentes volátiles (como el alcohol).
Solución 2 – La muestra
Acuda a su perfumista local y pídale una o varias muestras de la marca de perfume, teniendo cuidado de respetar el límite de 100ml.
De este modo, también podrá disponer de un dispensador en pleno funcionamiento y de un suministro de esencia, dependiendo del buen corazón del perfumista.
Como alternativa, puede pedir al minorista tamaños de bolsillo, que siempre podrá llevarse de viaje.
Solución 3 – Siempre queda el duty-free, pero cuidado
Si las soluciones anteriores le resultan demasiado complejas, puede recurrir a las tiendas libres de impuestos y comprar perfumes en el aeropuerto, tras pasar el control de seguridad.
Sin embargo, debe tener en cuenta que el problema del perfume a bordo se repetirá en el vuelo de regreso.
Por ello, es aconsejable optar por cantidades limitadas o por formatos de perfume especialmente diseñados para ser transportados a bordo de los aviones.