Lo primero que debes meter en la bolsa de viaje son los pantalones. Al menos un par de vaqueros es imprescindible, así que llévate tu favorito, el que estés segura de que te quedará de muerte.
Colócalos en el fondo de la maleta sin doblarlos, dejando las perneras fuera.
Al final, dobla las perneras sobre el resto de la ropa. Así evitarás que los pantalones se arruguen.
Por encima de los pantalones vienen las faldas y los pantalones cortos. Luego las prendas más voluminosas, como jerseys o chaquetas.
Procura doblarlas sólo por la mitad. Las prendas más pesadas deben ir siempre en el fondo de la maleta, para que no aplasten a las demás.
Por último, empaqueta las prendas más ligeras, como vestidos, tops y camisetas (que pueden enrollarse y guardarse en los laterales de la maleta, donde suele haber espacio de sobra).
Mete los zapatos en bolsas pequeñas (de tela o incluso de plástico, las más habituales) y guárdalas en un compartimento aparte de la maleta.
No olvides llevar siempre un par de Havaianas (incluso en invierno, vienen muy bien en la habitación), calzado plano (deportivas, planas, sandalias) y un par de tacones para ponerte por la noche si te apetece (en un color más neutro, como camel, dorado, negro).
Lleva en el equipaje de mano algunas cosas que puedan ser útiles si pierdes la maleta.
Por ejemplo, una muda, algunos artículos de aseo, ropa interior, un bikini, medicinas.
En otras palabras, lo suficiente para sobrevivir sin equipaje uno o dos días.
Utiliza también el equipaje de mano para guardar objetos de valor (cámara, ordenador, joyas).
ACCESORIOS
No ocupan mucho espacio y transforman inmediatamente cualquier look.
Intenta llevar objetos más sencillos y apuesta por los accesorios.
El principal secreto a la hora de preparar tu bolsa de viaje para las vacaciones es el sentido común, piensa bien y lleva sólo lo que realmente vayas a utilizar.