El problema de utilizar flores naturales en decoración es que no siempre duran tanto como te gustaría.
Una vez cortadas, las flores se marchitan rápidamente. Hay algunos trucos para mantener tus flores bonitas y vibrantes durante más tiempo.
El agua en la que dejas las flores debe estar siempre a temperatura ambiente y requiere algunos cuidados especiales.
Colócalas en un jarrón de boca ancha para que los tallos no sobresalgan demasiado.
Elige un jarrón con buena capacidad para que tus flores dispongan de mucha agua.
Sumerge los tallos casi en toda su longitud.
Corta los tallosen diagonal con un cuchillo afilado.
Si el arreglo procede de una floristería y tiene cintas que unen los tallos, déjalas puestas.
Esto ayuda a mantener la forma.
Las flores deben mantenerse estables y alejadas de la luz y el calor.
Estos, al recibirlos directamente sobre las flores, ayudan a que las bacterias y los hongos se multipliquen, acelerando el proceso de descomposición.
Cuando las hojas empiecen a caer, sáquelas del agua lo antes posible.
Así evitarás que las bacterias y los hongos de las hojas marchitas se propaguen a las que aún están frescas.
Sin embargo, hay algunas flores que requieren cuidados muy especiales. Es el caso de las rosas, los claveles y las gerberas.
Las rosas se mantienen más bonitas si no arrancas las hojas de la corola. Retira sólo las dañadas.
En el caso de las gerberas, prueba a echar un poco, muy poco, de detergente lavavajillas en el agua en la que has sumergido los tallos: verás cómo se mantienen duros y vivos durante más tiempo.
Los claveles absorben mejor el agua si el tallo se corta entre dos nudos.
Alimente sus flores. Puedes añadir una cucharada de azúcar o media cucharada de miel al agua.
También hay algunos factores que son perjudiciales para la salud de las plantas.
Hay que evitar el humo del tabaco, la proximidad de fuentes de calor excesivo como calefactores y las corrientes de aire.
Elija un lugar con luz, pero no directa.