Pintarse las uñas es una práctica que se remonta a la antigüedad y, a lo largo de los siglos, se ha considerado una forma de expresión personal, estética e incluso social. En el mundo moderno, pintarse las uñas con esmalte es una forma de dar color y estilo a tu look diario, reflejar tu estado de ánimo, las estaciones del año o incluso marcar un acontecimiento especial.
La variedad de colores y estilos permite a cada persona expresar su individualidad y creatividad.
Ya sea para el día a día, para ocasiones especiales o simplemente para sentirse bien, esta práctica tiene el poder de levantar el ánimo y añadir un toque final a tu look.
Trucos para que el barniz dure más
Limpiar la superficie de la uña
Antes de pintar, elimina cualquier resto de barniz o cremas hidratantes y seca bien las uñas para evitar que los restos dañen la adherencia de los productos que vayas a utilizar.
Si la uña está descamada, lima y pule la superficie con una lima de varias caras para evitar que el barniz se astille después.
Aplica vinagre a tus uñas
Puede sonar extraño, pero aplicado sobre las uñas con un algodón, el vinagre blanco eliminará los aceites naturales y los restos de producto que normalmente crean una barrera entre el barniz y la superficie.
¿El resultado? Facilita la aplicación y alarga la vida del esmalte.
Nunca prescindas de la base y la capa final
Este es el principal secreto de una buena manicura. La base, además de facilitar la fijación del esmalte, también protege las uñas de los productos químicos del color, evitando que la uña amarillee y se estropee.
Lo mismo ocurre con el top coat, que aumenta la duración y protege el brillo natural del color elegido.
Dos días después, vuelve a aplicar otra capa fina para que la uña recupere su luminosidad y evitar que se pele.
Pinta capas finas
Cuando pinte sus uñas, evite aplicar capas demasiado gruesas y prefiera aplicar dos o tres capas finas para conseguir el efecto deseado.
Los esmaltes con una textura más gruesa tardan más en secarse y se astillan más rápidamente. Si aun así las capas finas tardan mucho en secarse, evita acelerar el proceso y soplar sobre las uñas.
Esto crea burbujas de aire e impide que el producto se adhiera a la superficie.
Sumerge las uñas en agua fría
Este es un truco casero para acelerar el proceso de secado de la laca de uñas. Después de pintarlas, mete las manos en agua fría, preferiblemente helada, y deja las uñas en remojo durante dos minutos.
Las bajas temperaturas ayudarán a secar el esmalte y, en consecuencia, a prolongar su duración.
Hidrata tus cutículas
Empuja suavemente las cutículas hacia atrás con una espátula o un palito de naranjo.
Las cutículas deshidratadas son la principal causa de que algunos esmaltes no duren más de dos días.
Aplica un aceite en la zona y masajea suavemente para evitar que el esmalte empiece a descascarillarse el primer día.
Elige el esmalte adecuado
Los esmaltes con efecto metalizado o purpurina son los más recomendados para las mujeres que apenas tienen tiempo de pintarse las uñas.
Este tipo de colores son los que más se adhieren a la superficie y, por tanto, los más difíciles de quitar.
¿Limpieza? Sólo con guantes
Evite actividades que puedan dañar el esmalte en las primeras horas. Para mantener el esmalte durante más tiempo, evita el contacto con productos químicos como detergentes.
El agua caliente y los detergentes abrasivos son los peores enemigos de tus uñas.
Evita lavar la vajilla o manipular productos de limpieza sin guantes, ya que estos componentes debilitan y deshidratan uñas, cutículas y manos.