Por mucho que intentemos negarlo, limpiar la casa es una de las tareas más odiadas y evitadas en la mayoría de las familias. Y no faltan razones para ello.
Por mucho que lo intentemos, nunca sale como nos gusta, ¿verdad?
Un buen ejemplo de ello es la limpieza de cristales y espejos. Los limpias, los friegas, pero nunca quedan perfectos. Y cuando están manchados, ni hablar.
Sin embargo, como sabemos que la mayoría de la gente sigue cometiendo muchos errores en este ámbito, hemos decidido enseñarte cómo limpiar los cristales.
Créenos, una vez que pongas en práctica nuestros consejos, ya no necesitarás gastar dinero en productos para limpiar cristales ni coleccionar periódicos viejos.
Descubrirás que es posible limpiar los cristales de forma rápida y eficaz sin dejar rayas ni manchas.
Así que la primera pregunta es: ¿qué producto utilizar?
En primer lugar, es importante saber que las soluciones convencionales utilizadas para limpiar cristales son perjudiciales para la salud humana (debido a las fragancias sintéticas y los componentes utilizados en su composición) y pueden causar daños al medio ambiente cuando acaban en el alcantarillado.
Puedes solucionar este problema utilizando sólo agua. Sí, has oído bien
El agua es perfectamente adecuada para limpiar el cristal. Si hay grasa, puedes utilizar un poco de desengrasante.
¿Cómo se limpia el cristal?
Seguro que has visto a profesionales limpiando y puliendo cristales. Y si has estado atento, probablemente te habrás dado cuenta de que los cristales se limpian con una escobilla de goma.
Además de la escobilla de goma, necesitas varios paños multiusos de microfibra limpios y secos.
1 – Tome un paño limpio y cubra la escobilla de goma, dejando las solapas de goma que tocarán el cristal cubiertas por el paño. Fije el paño a los laterales de la escobilla de goma con gomas elásticas.
2 – Rocía el cristal con agua y espárcela con la escobilla de goma. No te preocupes si el agua se escurre, este paso es para esparcir tanta agua sobre el cristal como sea posible.
3 – Retire el paño de la escobilla de goma y muévalo de arriba abajo sobre el cristal, eliminando la solución junto con la suciedad del cristal.
4 – Termine cada pasada curvando la escobilla de abajo hacia arriba.
De esta forma, el agua no sigue bajando y se queda en la escobilla de goma.
5 – Limpie la escobilla de goma con un paño seco después de cada pasada para evitar salpicaduras y estelas de agua en el cristal.
6 – Por último, para dar el acabado y brillo final al cristal, utilice un paño de acabado seco y páselo por el cristal para limpiar los restos de agua.
Los paños de acabado absorben el agua de la superficie, dejándola limpia y sin rastro de suciedad.
Y recuerde, el consejo es limpiar los cristales en días nublados, ¡ya que el sol puede manchar los cristales mojados!