Pelar y rallar jengibre puede ser una tarea un poco complicada debido a su textura y forma irregular.
Aquí tienes algunos trucos para facilitar este proceso:
1 – Cuchara: En lugar de usar un pelador de verduras, prueba a raspar la piel del jengibre con el borde de una cuchara. La piel debería desprenderse fácilmente sin quitar demasiada pulpa de jengibre.
2 – Congelamiento: Antes de pelar o rallar, coloca el jengibre fresco en el congelador durante unos 30 minutos. Esto no solo ayuda a conservarlo por más tiempo, sino que también hace que la piel sea más fácil de quitar y el jengibre más fácil de rallar.
3 – Cortar en trozos más pequeños: Si el jengibre es muy grande, córtalo en trozos más pequeños antes de intentar pelar o rallar. Esto hará que el proceso sea más controlable y menos propenso al desperdicio.
4 – Pelador de verduras: Si prefieres usar un pelador, elige uno con una cuchilla afilada y pela el jengibre con cuidado, eliminando solo la capa externa.
5 – Rallar con anticipación: Si necesitas jengibre rallado regularmente, puedes rallar una gran cantidad de una vez y almacenarlo en el congelador. Utiliza un rallador de queso o un rallador fino para rallar el jengibre y luego congélalo en pequeñas porciones en bolsas ziplock.
6 – Pelar con cuchillo: Si lo prefieres, también puedes pelar el jengibre con un cuchillo afilado. Simplemente corta los bordes para quitar la piel y luego ralla o corta según sea necesario.
7 – Remojo en agua caliente: Si el jengibre es especialmente fibroso o difícil de pelar, puedes remojarlo en agua caliente durante unos minutos antes de intentar pelarlo. Esto ayudará a aflojar la piel y facilitará el proceso de pelado.
8 – Pelado bajo agua corriente: Algunas personas encuentran útil pelar el jengibre bajo agua corriente. Esto no solo ayuda a eliminar la piel más fácilmente, sino que también evita que el jugo de jengibre irrite la piel de las manos.
9 – Utiliza una cucharita de té: Si estás pelando una pequeña cantidad de jengibre, una cucharita de té puede ser útil para raspar la piel sin desperdiciar demasiada pulpa.
10 – Usa guantes de cocina: Si tienes la piel sensible o vas a pelar una gran cantidad de jengibre, considera usar guantes de cocina para proteger tus manos del jugo de jengibre, que puede causar irritación en algunas personas.
11 – Secado al aire: Después de pelar y rallar el jengibre, puedes dejarlo secar al aire durante unas horas para que se vuelva un poco más firme. Esto facilitará su manipulación al agregarlo a tus recetas.
12 – Conservación adecuada: Una vez pelado y rallado, el jengibre se conserva mejor en el refrigerador en un recipiente hermético. Esto ayudará a mantener su frescura y sabor por más tiempo.
Recuerda que la técnica que funcione mejor para ti puede depender de tus preferencias personales y del equipo disponible. Prueba algunos de estos consejos y descubre cuál funciona mejor para ti.